viernes, 27 de julio de 2012

La sexualidad infantil de los 3 a los 6 años



 Desde el mismo momento de la gestación, los niños van pasando por diferentes periodos de desarrollo conforme van creciendo y madurando. En este artículo voy a hablar del periodo que abarca de los 3 a los 6 años. Un periodo que, en función de los diferentes autores que lo han investigado, podemos encontrar que se llama:
  • Genital infantil o fálico-periodo de identificación ( Reich y seguidores),
  • Fálico genital (Freud y seguidores)
  • Iniciativa versus culpa (Erickson y seguidores)
Qué pasa en este período de desarrollo infantil
Después de aprender a gatear, caminar, hablar, infinidades habilidades motoras, ahora el niño de 3 a 6 años ha llegado a esta nueva fase en la que se da una fusión entre el cuerpo y la persona, con una curiosidad intensa y explícita: quiere saber cuáles son las diferencias anatómicas entre los sexos y quiere  explorar la energía que ahora siente de forma diferente en sus genitales.
Además en este periodo, como investigó Erikson y que Evânia Reichert expone claramente en su libro Infancia, la edad sagrada y en sus talleres, se desarrolla en el niño una preciosa virtud, la iniciativa. Una iniciativa que es fruto de la fuerte curiosidad que nace a esta edad.
Esta curiosidad por el propio cuerpo es grande y va unidad a otras curiosidades y posibilidades de expansión y de placer. Un placer que no se puede entender como el placer sexual adulto, centrado  en el orgasmo o en lo erotico-genital. Si no que es un placer que abarca un ámbito general.

El placer
En esta etapa de la infancia, descubrir el placer que proporciona el propio cuerpo va unido a permitirse disfrutar del placer en todos los ámbitos de la vida: placer por comer algo gustoso, placer de jugar con los amigos, placer de divertirse,  placer de amar a los padres, placer de recibir amor. Es decir, el placer de disfrutar de las cosas que nos da la vida.
En esta fase de desarrollo sexual infantil, los genitales del niño y de la niña reciben por primera vez en su corta vida, una intensa y concentrada carga de excitación.
En el caso de los niños, las erecciones son frecuentes y en las niñas la libido va a activar sensaciones intensas en el clítoris (en la zona de  la vagina no será hasta llegado a la pubertad).
Estas sensaciones son las que les llevarán a rozarse, arrimarse, masturbarse para dar salida a estas sensaciones en su cuerpo. Y como estas sensaciones son intensas, los genitales del niño y de la niña se convierten en estas edades en un canal importante, sano y natural, de descarga de la energía que generan las excitaciones de su cuerpo.
Por eso es necesario que los adultos no castremos, no reprimamos, ni juzguemos de feo o de malo las conductas de roces y masturbación en los niños pequeños.
Iniciativa versus culpa
Si durante este periodo no se respeta, ni se da permiso a esta iniciativa que viene de la mano de la fuerte curiosidad e excitación genital, entonces se genera en el niño el sentimiento de culpa.
El peligro está en que este sentimiento de culpa pase a ser dominante en el niño, silenciando con ello su propia iniciativa y autoexpresión e intercediendo negativamente en la construcción de su autonomía.
Un niño que cuando se toca o roza sus genitales porque está explorando y dando una salida sana a estas sensaciones tan intensas, siente la represión de sus padres  o educadores, se va a sentir culpable de sentir curiosidad, de tener ganas de saber más sobre su cuerpo y sobre el cuerpo de los demás, de tener iniciativas. Afectándole de manera directa en su manera de relacionarse con los demás, de entender el amor, su forma de amar a los demás y de disfrutar con el placer en todos los ámbitos de la vida, y además, también le va a afectar al desarrollo de su inteligencia.

Aptitudes que se desarrollan en esta etapa
Un dato que hay que tener en cuenta es que el impulso sexual en esta etapa de la infancia va unido al impulso epistemofílico, es decir, a la búsqueda por el conocimiento, por aprender cosas nuevas.  Así pues el desarrollo sexual infantil es paralelo al desarrollo cognitivo (intelectual). Si se reprime uno afecto al otro, (E.Reichert, Infancia la edad sagrada).
En resumen, unido al desarrollo de la sexualidad infantil, en este periodo de 3 a 6 años también maduran otras aptitudes en el niño y la niña y todas son importantes para su bueno desarrollo:
la búsqueda por el conocimiento,   
  • la iniciativa,
  • la espontaneidad,
  • la creatividad,
  • la inventiva,
  • la capacidad de disfrutar del placer.
La siguiente fase del desarrollo sexual infantil abarca de los 6 a los 12 años y luego se avanza hacia al periodo sexual en la adolescencia.
Artículo publicado  por Cristina García en www.edukame.com

miércoles, 18 de julio de 2012

LA DENTICIÓN


La aparición de los primeros dientes en el bebé conlleva una mezcla de alegría por el crecimiento y de preocupación por los síntomas que suelen acompañarlo. Herramientas para ayudar al bebé en este período. El cuidado de los dientes del bebé.

 Primero es una manchita blanca en la encía. Y luego, comienza a salir el primer diente del bebé. Este momento es muy recordado por los papás, como un paso más en el crecimiento de su hijo. Por lo general, el primer diente del bebé sale alrededor del sexto mes y es uno de los incisivos medios inferiores. Luego salen los incisivos medios superiores, los incisivos laterales inferiores y los incisivos laterales superiores. Más tarde irán apareciendo los primeros molares y los caninos. En total, el niño tendrá 20 dientes de leche, que comenzará a perder aproximadamente a los seis años. Algunos bebés nacen con dientes y otros comienzan a sacarlos más tarde que el promedio: el pediatra puede explicar estos temas, pero en general no implican problemas de salud.

Es muy normal que la aparición de los dientes traiga consigo una serie de síntomas y de molestias en el bebé, como por ejemplo, un exceso de baba, dolores en las encías, irritación, fiebre, diarrea, tos y hasta cambios de humor. Todo esto no debe preocupar a los papás, ya que no es más que una parte del desarrollo del niño. Igualmente, y ante cualquier duda, es recomendable la consulta con el pediatra. Es importante no suministrar ningún tipo de medicamento o paliativo sin que sea el médico quien lo recete, para evitar reacciones adversas en la salud del niño.
Durante el proceso de la dentición se puede ayudar al niño a sentir menos dolor o a aliviar las molestias que la aparición de los dientes le provoca, con distintas cosas:
                                        
  • Un mordillo o anillo de la dentición: Son juguetes de plástico suave o goma que el bebé muerde con sus encías. Es mejor si están fríos o congelados, por el efecto analgésico que le provocan. Deben evitarse aquellos que tienen pequeños elementos que flotan dentro del mordillo mismo, ya que un niño que ya posee algún diente podría quebrar la goma y se corre el riesgo de que trague el contenido.
  • Un objeto seguro, firme: Y por supuesto, que no sea tóxico bajo ningún concepto. Es normal que en este período los bebés lleven a la boca todos los objetos que encuentran a su paso y los muerdan. Por eso hay que estar atentos. Hasta la toalla o su propio babero son cosas que muerden constantemente. Masticar es un ejercicio, y les produce calma cuando están molestos.
  • Gel Calmante: El pediatra recomendará también, si lo considera necesario, algún tipo de gel calmante o de medicación, en las dosis adecuadas a la edad del bebé, para untar el mordillo o pasar sobre las encías, especialmente si hay ampollas. Pero no debe automedicarse al bebé: siempre es el médico quien receta este tipo de remedios o placebos. De acuerdo a la zona en la que viva o a las características del propio niño, será el pediatra también quien recomiende el suministro de flúor al bebé, ya que a veces los niños necesitan una dosis extra de esta sustancia.
Para cuidar la salud de los dientes del bebé, hay que comenzar a limpiarlos desde que aparecen. Existen en las casas especializadas en niños y en las farmacias, cepillos de dientes acordes a cada edad y dentífricos especiales para bebés y niños. El cepillado debe realizarse dos veces al día, con los elementos adecuados. La mejor forma de cepillárselos es con movimientos de arriba hacia abajo y con movimientos circulares en las encías. Aquí también debe seguirse la recomendación del pediatra, que es quien juzgará la conveniencia del cepillado y el momento para comenzar a hacerlo, según su criterio.

Por supuesto, no es recomendable que en la dieta del bebé haya ingesta de dulces, caramelos y bebidas azucaradas, para evitar la aparición de caries. Es común que en niños que comen caramelos de pequeños, las caries aparezcan durante la dentición, por esto es que no se recomienda su ingestión durante este período.

Nota supervisada por el Equipo Médico de Mamashelp  y publicada en www.materna.com.ar