En la actualidad existe una
tendencia en crecimiento a estimular a los bebés con música ya desde la panza
de la mamá. Los beneficios que trae la estimulación de la audición y la
comprensión. Los sonidos a la hora de dormir.
“Duérmete mi niño, duérmete mi amor...”. El más que
clásico arrorró ayudó a generaciones de padres a dormir a sus bebés. En la
actualidad, la música para los bebés no se reduce a las canciones de cuna
tradicionales, sino que se transformó en una forma más de estimulación ya desde
la panza de la mamá. “Los sonidos de la música atraviesan la pared abdominal
llegando a los oídos del bebé y las vibraciones al cuerpo. Si bien todos los
sentidos están aptos para funcionar antes del nacimiento, el único que inicia su
actividad varios meses antes que los otros es la audición. Este sentido es el
único que le permite al bebé por nacer conectarse con el exterior siendo el que
más podemos estimular”, señala Gabriel Federico, músico terapeuta y creador de
Mamisounds, un método de estimulación prenatal con música.
Al poder escuchar los sonidos externos al vientre
materno, como por ejemplo canciones, cuando nazca el bebé las reconocerá y
serán útiles para calmarlo cuando llora y para dormirlo. “Siempre le puse
música a mi hija cuando estaba en la panza”, recuerda Verónica López, “y seguí
haciéndolo desde que nació. Cuando era muy chiquita, se la ponía para dormir y
era un buen relajante para la beba”.
La música es otra forma de estimulación, al igual
que el juego o los masajes. En el caso de los recién nacidos, aunque ni siquiera
pueda el bebé emitir un sonido diferenciado y se comunique mediante el llanto,
las expresiones faciales y los movimientos corporales, cantarle mientras se lo
acuna o para acompañar los movimientos, estimula su respuesta al lenguaje.
En una segunda etapa, alrededor de los cuatro
meses, el bebé ya empieza a reaccionar al ritmo de la música que oye. En
general, la música rápida lo hace reír y la suave lo relaja.
Una buena alternativa que nació en los últimos años
son los discos compactos de grandes autores adaptados para bebés y niños. Así,
es posible escuchar Las Cuatro Estaciones de Vivaldi, o las obras de Bach,
Beethoven o Mozart en versiones especiales. También hay en el mercado música
alternativa con sonidos especiales para el sueño, el descanso y hasta para los
juegos del bebé.
La música se convierte así en un aliado más en la
relación del bebé con el mundo que lo rodea y en algo que comparte con sus
papás.
Nota supervisada por el
Equipo Médico de Mamashelp y publicada en www.materna.com.ar